¿Hasta dónde llegará la torpeza de los ministros más 'inteligentes' que ha tenido España? por Dña. Mar García, Presidenta de la Fundación Terapias Naturales
Ya ocurrió en 2018. El 15 de noviembre del pasado año, se celebraba el Día Mundial de la Acupuntura (WADO) organizado bajo el patrocinio de la UNESCO y la OMS en la sede de la UNESCO en París, y se conmemoraba el 8º aniversario de la anexión de la Acupuntura en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura). También se celebraba en Roma el Congreso Mundial de Medicina China que la WFCMS (World Federation of Chinese Medicine Societies) celebra anualmente desde 2004. Profesionales de la salud de todo el mundo, investigadores, políticos, académicos, administradores de todas las disciplinas relacionadas con la acupuntura y la moxibustión, se reúnen para compartir su conocimiento.
Y mientras esto ocurría, los ministros de Sanidad y de Ciencia españoles, M.ª Luisa Carcedo y Pedro Duque, aun hoy en funciones, presentaban su Plan de Protección de la Salud frente a la Pseudoterapias, e incluían y clasificaban la Acupuntura como Pseudoterapia al carecer de evidencia científica.
Y como no podía ser de otra manera, ha vuelto a suceder hace unos días. El pasado 12 de diciembre, El Comité intergubernamental de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, reunido en Bogotá, inscribía el Masaje Tailandés Tradicional o 'Nuad thai' en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Tailandia se regocijaba porque la sabiduría ancestral de su país era reconocida en todo el mundo. La noticia era recogida por los Diarios y Noticiarios de todos los países, incluida España. Tan solo 5 días más tarde, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, trasladaba los primeros informes provisionales de 5 de las 66 técnicas sometidas a evaluación dentro de su “Plan”, y ampliaba la lista de Pseudoterapias incluyendo el Masaje Tailandés.
Naturalmente, como ya ocurrió con la Acupuntura, las reacciones de organizaciones internacionales no se hicieron esperar – “pero ¿Qué está pasando en España?” - . Y a mí, tras más de 30 años de profesión y desde mi posición como Presidenta, solo me cabe una replica muda y un sentimiento de profunda vergüenza.
Luego, a solas, una se pregunta ¿hasta dónde llegara la torpeza de nuestros políticos?, ¿cuántas veces más hemos de hacer el ridículo ante el resto del mundo?, ¿la sanidad española puede permitirse costear esta desatinada cruzada de ambos ministros?
Este sector, que ha soportado silenciosamente el permanente hostigamiento, sigue manteniendo la esperanza de que los gobernantes de este país recapaciten, dejen de oponerse a una realidad incuestionable avalada por Organismos Internacionales de todo el mundo, y protejan al ciudadano como todo Estado debe hacerlo, regulando la formación y competencias profesionales del colectivo que lo conforma, convirtiéndole así en garante de la salud de los españoles