¿Existe relación entre la infección de los virus y el frío?

¿Existe relación entre la infección de los virus y el frío?

Existen más de 200 virus que causan resfriado y los rinovirus son los más frecuentes. Este tipo de virus se transmiten sobre todo en el aire al estornudar o toser, donde quedan en las superficies de muebles, puertas, etc. Al tocar una superficie contaminada y luego ponernos la mano en la boca o la nariz, el virus puede entrar en el cuerpo. También se puede transmitir a través de la saliva o por compartir bebidas o utensilios de comida.

Según un artículo publicado en Medical News Today, en la nariz, gracias a la mucosidad y los cilios (pelos diminutos) los microbios quedan atrapados. La mucosidad hace que los microbios vayan hacia el estómago, donde los ácidos los neutralizan. Sin embargo, el aire frío enfría la nariz, provocando rigidez de los cilios y dejan de funcionar correctamente.

Además, "Sabemos que el frío tiene un efecto debilitante sobre las células del sistema inmune que se encuentran en las vías altas respiratorias (la nariz y la garganta) y eso provoca que algunos de estos microorganismos puedan saltar esa línea defensiva", indica Manuel Sánchez Angulo, miembro del Grupo de Docencia y Difusión de la Sociedad Española de Microbiología.

Una vez que el virus penetra, el sistema inmunitario intenta combatirlo, si no conoce esa cepa del virus, lo más probable es que se enferme. Los últimos estudios relacionan también la presencia de aire frío con una merma de la función defensiva de los fagocitos, células inmunes que engulles y digieren virus.

En una investigación realizada por la Universidad de Yale, los expertos infectaron ratones con el virus del resfriado común y probaron la respuesta de su sistema inmunitario a distintas temperaturas. A temperaturas más frías, las células que cubrían la nariz de los ratones eran mucho menos eficaces.

Un equipo de investigación estadounidense descubrió la capacidad de ciertos virus para cubrirse con un material graso, que les protege del frío y les permite aumentar el contagio de persona a persona. La capa lipídica del virus se vuelve más dura a temperaturas más frías. Esto significa que el virus, en el ambiente frío, es más activo y más resistente.

Aunque pasar frío no causa un resfriado, si debilita la inmunidad, lo que aumenta el riesgo de provocar resfriados. En un estudio de la Universidad de Cardiff, se mostró que tener los pies fríos también puede ayudar a resfriarse. La investigación consistió en enfriar los pies de los voluntarios con agua fría durante 20 minutos. Casi todos se resfriaron a los 4-5 días. Según el estudio, posiblemente la razón es porque con el frío, los vasos sanguíneos de la nariz se contraen y se reduce la capacidad para combatir infecciones.

El descenso de vitamina D frecuente en los meses del invierno también estaría relacionada con una bajada de las defensas.  Un estudio realizado por el Queen Elizabeth Hospital Foundation Trust y la Universidad de East Anglia vinculó la deficiencia en vitamina D con las muertes por coronavirus en Europa.

¿Puede pasar lo mismo con el Sars-Cov-2?  Una de las hipótesis con las que está trabajando la comunidad científica es la opción de que el coronavirus SARS-CoV-2 sea menos transmisible en presencia de un clima cálido. 

¿Por qué hay más brotes en empresas cárnicas que en otros entornos? Juan José Badiola, catedrático de Veterinaria y director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, explicó a Alimente: "Son un escenario ideal para la transmisión de este virus por varios factores: trabajan en un ambiente frío (el Sars-Cov-2 se transmite mejor a bajas temperaturas); la humedad medioambiental es alta y unida al calor que desprenden los animales propicia la formación de neblina ambiental que favorece su transmisión…".

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