¿Qué está pasando con la sanidad en España?

¿Qué está pasando con la sanidad en España?

Por el Dr. Ramón Mª Calduch, vicepresidente de la Fundación Terapias Naturales

¿Qué está pasando con la sanidad en España?  No es solo el título de un artículo. Es una pregunta real que me hago. 

Desde que la Ministra Sra. Carcedo y el Ministro Sr. Duque presentaron su “Plan para la Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias”, me he venido preguntando, a la vista del extenso conocimiento que tengo sobre esta materia, que si en un tema como éste, en el que puedo constatar objetivamente que mienten sobremanera, ¿en qué cosas más podrían estar mintiéndonos a los ciudadanos?

Para colmo de mis desdichas (hubiera deseado que se tratara de una cuestión pasional, de incompetencia, de falso protagonismo populista o, incluso, de corruptela o soborno por parte de ambos ministros), cae en mis manos la Resolución 473/2019 del Expediente de Reclamación R/0473/2019; 100-002697, de fecha 3 de octubre de 2019. Se trata de una Resolución en cuyos ANTECEDENTES se explicita que “Según se desprende de la documentación obrante en el expediente, el reclamante solicitó al MINISTERIO DE SANIDAD, CONSUMO Y BIENESTAR SOCIAL, al amparo de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno (en adelante LTAIBG), con fecha 15 de abril de 2019, la siguiente información…”.

El reclamante es el letrado D. Luís de Miguel, abogado de AESMI y de la Fundación Terapias Naturales, de cuyo Comité Ejecutivo formo parte, manteniendo una estrecha relación profesional y del que tengo una opinión personal y profesional altamente positiva.

La información que solicita va sobre la materia de las vacunas. Vaya por delante que yo no puedo ser considerado un “antivacunas” en absoluto, que estoy vacunado y que he vacunado a todos mis hijos. En fin, que no soy sospechoso en dicho sentido. 

Sin embargo, la referida desdicha consiste en que, a la vista de la Resolución, cuya lectura pausada y tranquila recomiendo, es muy evidente que, como comenta Luis de Miguel en su blog, “El Ministerio de Sanidad ha reconocido oficialmente que no tiene constancia de grupos antivacunas, ni tiene ningún registro o control de grupos antivacunas en España. Resulta patente que cuando funcionarios y periodistas se refieren a antivacunas lo hacen como insulto, desprecio o escarnio y no como reflejo de una realidad. De hecho, los críticos y auténticamente escépticos de las vacunas, no son antivacunas sino personas preocupadas por su seguridad. Algunas personas denominadas antivacunas han visto a un hijo, familiar o conocido sufrir autismo, daños neurológicos, enfermedades autoinmunes o alergias inmediatamente después de una tanda de vacunas... y es normal que se planteen preguntas y que surjan miedos“. 

Es decir, nuestras autoridades nos mienten miserablemente. Y a lo mejor hasta pueden dormir tranquilos…

El problema es más grave de lo que parece. Aquí no se trata de la corrupción de una caja “B” ni de EREs falsos, aquí se trata de la salud de la población y que al que le toca, a sabiendas de nuestras autoridades, le fastidian la vida. Y si lo hacen con las vacunas, ¿con qué no lo harán?

Hay dos materias en las que siempre he considerado que hay que ser muy pulcros y exigentes, por cuanto pueden arruinar la vida para siempre a una persona: la salud y la educación. Y soy especialmente crítico e intolerante con la incompetencia de sanitarios y educadores. 

Por supuesto que tengo en muy mal concepto a los mencionados ministros. Tampoco sé si otros lo harían mejor. Pero lo que evidencia la Resolución que estamos comentando es el elevado grado de criminalidad (sea intencionada o por incompetencia o dejadez) existente en nuestro Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. 

Y no me creo que sea una cuestión solo de cambiar a los ministros, cosa que espero que suceda pronto. No creo que estos ministros se hayan traído consigo a su “banda de delincuentes” con ellos, al Ministerio. 

Más bien pienso que los delincuentes (léase altos funcionarios) ya estaban allí cuando llegaron los ministros. Que son ellos los que mueven los hilos (o no los mueven cuando deberían). Y ello es más grave, porque significa que existe una delincuencia “de casta”, que seguro será mucho más difícil de erradicar.

Se me ocurren muchas cosas que prefiero callar en estos momentos. Volveré a leer la resolución que les participo, a ver si soy capaz de sacar conclusiones diferentes a las actuales, aunque lo veo difícil. Es todo demasiado obvio, por lo descarado…

No sé si al firmante de la Resolución, Sr. Francisco Javier Amorós, le quedarán muchos días o si es normal “este juego” pero por el momento, el Presidente del CTBG y el Subdirector General de Transparencia y Buen Gobierno han evidenciado una realidad que no me hace nada feliz.

Y ahora que vengan los ministros y sus acólitos y nos hablen de evidencia científica. 

Dr. Ramón Mª Calduch, vicepresidente de la FTN